Durante mis años como profesor de Unity, uno de los primeros ejercicios que proponía a mis alumnos era recrear un nivel clásico de Super Mario Bros 3. Lo que a simple vista parecía sencillo se convertía en un reto técnico enorme: físicas, colisiones, interacción con objetos, enemigos, scroll lateral… todo requería planificación, lógica y mucha paciencia.

Por eso, cuando pruebas Super Mario Maker 2 en Nintendo Switch, no puedes dejar de sorprenderte. Este título pone en manos de cualquier jugador, sin necesidad de conocimientos de programación, la posibilidad de crear niveles complejos de Mario con una facilidad asombrosa. La interfaz es intuitiva, pero detrás hay un sistema robusto, capaz de gestionar cientos de variables y elementos de juego al mismo tiempo. El resultado es una auténtica lección sobre cómo la complejidad técnica puede transformarse en una experiencia accesible y divertida.

Este planteamiento me recuerda inevitablemente al mundo del desarrollo web. Hace años, diseñar una página requería escribir cada línea de HTML, CSS y JavaScript. Hoy, gracias a herramientas como Elementor, Divi o incluso los constructores nativos de WordPress, cualquier persona puede crear webs potentes y profesionales sin tener que ser experta en código. Eso no significa que la técnica haya desaparecido —de hecho, detrás de estas herramientas hay un nivel de desarrollo altísimo—, pero sí que se ha democratizado el acceso a la creación.

La clave, tanto en Super Mario Maker 2 como en el diseño web, no está solo en la herramienta, sino en la creatividad del creador. Al igual que un jugador puede construir un nivel imposible, desafiante o divertido, un diseñador web puede dar forma a experiencias digitales únicas con los recursos adecuados.

Super Mario Maker 2 no es solo un juego: es una metáfora de cómo la tecnología puede transformar la complejidad en accesibilidad, potenciando la imaginación y la innovación de quienes se atreven a crear.